Cierra los ojos. El primer giro del caleidoscopio no es visual, sino olfativo, una ráfaga nítida y jugosa de Pera, el destello amarillo y verde que inicia el patrón. Es la promesa de algo fresco y nuevo, un preludio delicioso. Al asentar la mano y mirar con más calma, la luz atraviesa el centro, revelando la estructura de la flor. El corazón se despliega en cristales facetados de Violeta, un púrpura empolvado y melancólico que no busca llamar la atención, sino que envuelve el aire con una elegancia silenciosa y aterciopelada. Este centro floral es el patrón persistente, el alma geométrica del aroma que se repite y multiplica en infinitas formas. Pero justo cuando el diseño parece frío y distante, el fondo calienta la imagen, la vainilla cremosa y dulce, la base dorada que sostiene todos los espejos. Esta nota final no es un simple postre, sino el tubo que contiene todo, aportando una dulzura suave y balsámica que fija la belleza y le da permanencia. Llevar Caleidoscopio es permitir que el mundo te vea a través de un lente donde cada faceta de tu personalidad  la claridad frutal, la introspección floral y la calidez final  se presenta como una obra de arte única y siempre cambiante.
 
Nariz: David Santiago
Notas: 
Salida: Pera
Media: Violeta
Base: Vainilla