Guanacaste evoca la vastedad de la sabana y la calidez que se adhiere a la piel después de un largo día bajo el sol tropical.
La apertura es luminosa y vasta, el aroma del aire seco y la tierra ardiente. Un destello de Cítricos Silvestres podría cortar la sequedad, anunciando la cercanía de la costa.
El corazón pulsa con la esencia de la pampa. Imagina el acorde de un Cuero suave, curtido por el sol y el tiempo, mezclado con la nota terrosa y ligeramente dulce del Tabaco Seco, un eco de las tradiciones vaqueras de la región. Esta es la fase de la madurez, de la fuerza tranquila y la elegancia rústica.
La fragancia se asienta en la base de la tierra. Un Sándalo cremoso podría fundirse con el Ámbar dorado y resinoso, evocando la calidez de un atardecer que tiñe los árboles de Guanacaste. Es un aroma profundo, de larga duración, que honra la resiliencia y la calidez de una tierra de contrastes, la frescura de la brisa marina sobre la vastedad de la sabana seca.
 
Nariz: Eduardo Labra
Notas:
Salida: Mandarina, Citronella
Media: Notas Ozonicas, Vetiver.
Base: Sal, Almizcle Blanco, Ambar Gris.